Cuando creí que mis palabras se ocultaban en la infinidad de internet
y tenía el desplante para inventar crear y ahogar mis gritos,
me doy cuenta que había mas ojos observando lo que mi cabeza ideaba-
y ahora me siento confusa-
un tanto invadida
y me ha costado procesar aquella conversación.
y es que tenía razón y el tiempo no sana las heridas
sobre todo cuando son autoinfringidas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario